Más juguetes para treintañeros

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más juguetes para treintañeros

Fecha de publicación: 20 de diciembre de 2012

Los treintañeros somos personas lúdicas, el juego nos permite intensificar nuestras experiencias, asimilarlas mejor y encausarlas al máximo.

Pertenecientes a una generación en buena parte presencial, es decir, que se relaciona de forma efectiva con su entorno físico, nos comunicamos, aprendemos, trabajamos y prácticamente tenemos buenos resultados en todo aquello que hacemos, cuando nos lo tomamos un poquito a juego. En efecto, somos más competitivos por el hecho de jugar, pues al hacerlo ponemos en práctica nuestras habilidades.

Así mismo, el juego representa una de nuestras válvulas emocionales más exitosas, lo que resulta vital para un treintañero, pues recordemos que los 30 es un período de crisis [1].

En un texto anterior (Juguetes para treintañeros, 2011), expuse un ranking de los juguetes preferidos por los adultos jóvenes, el cual tuvo muy buen recibimiento por parte de los lectores y de otros medios, que también decidieron publicarlo [2]. Este ranking contempla la tecnología móvil; la ropa y los accesorios; los cosméticos y los artículos relacionados con la salud; los artículos deportivos; y los viajes y las experiencias fuera de lo común; como las opciones favoritas de un treintañero típico de clase media; ranking que en términos de gusto y asequibilidad, se sigue manteniendo.

Debido a la gran aceptación del ranking, decidí ampliar este análisis sobre el tipo de juguetes que hace felices a los treintañeros, justo a partir de los comentarios y las sugerencias de los lectores (muchos de ellos en este rango de edad), así como de las peculiaridades que he ido advirtiendo en el estilo de vida de estos adultos jóvenes clasemedieros. Y es que somos todo un caso, si no, constátenlo en esta lista que espero que disfruten.

1. Tiempo para jugar, sin lugar a remordimientos.

A un treintañero de poco o nada le sirve tener las cosas que le gustan, si no tiene el tiempo para jugar con ellas, o si al hacerlo siente que podría estar haciendo otra cosa más productiva, y entonces no lo disfruta. Independientemente de la vorágine en la que nos encontremos, los treintañeros necesitamos tiempo para jugar, tiempo para nosotros mismos, y es por eso que este recurso tan solicitado encabeza la lista.

2. Vales y tarjetas prepagadas de regalo.

De un tiempo a la fecha, los vales, los cupones, los certificados de regalo, las tarjetas prepagadas, entre otros, se han convertido en recursos sumamente atractivos para los treintañeros; ya sea el hecho de recibir un simple papel que puedan intercambiar, o en el mejor de los casos un cheque, lo importante es tener algo físico en las manos que no sólo represente valor, sino también elección propia.

Es cierto que la mayoría de los adultos jóvenes llegaría a intercambiar sus vales por música, películas, videojuegos, suscripciones a servicios de Internet, ropa o libros; pero imaginemos a un treintañero que pudiera canjear su vale por todo aquello que quisiera llevarse de una tienda en un lapso –digamos– de 10 minutos: ¡se volvería loco de alegría! O bien, el caso de una pareja que se intercambiara el uno al otro mediante un papel escrito.

3. Artículos y/o cursos relacionados con hobbies.

A los treintañeros, en una u otra medida, les gusta sentirse productivos, así que si no se dedican un tiempo para ellos mismos (como para ir al gimnasio o aplicarse tratamientos de belleza), entonces se buscan un hobbie. Y buena parte, ¡vaya que se entrega a ellos!

Ya sea una actividad individual o en grupo, o el hecho de pertenecer a un club o a un equipo, cualquier artículo que le permita ‘darle duro’ a su pasatiempo e incrementar su conocimiento acerca del mismo, siempre será bien recibido por el treintañero. Ahora no digamos un curso de especialización, como en el caso de la fotografía, el aeromodelismo, la decoración, la cocina, la cata de café o de vino, por citar algunos hobbies.

4. Artículos y/o experiencias para compartir con la mascota.

No son pocos los treintañeros que en vez de dedicar su tiempo a un hobbie, deciden compartirlo con una mascota: un perro, un gato, peces y pájaros domésticos, incluso reptiles, roedores e insectos; situación que a muchos de ellos les permite proyectar su afecto y sentirse acompañados, sobre todo si es que no tienen hijos o pareja, o no los tienen cerca.

Con frecuencia, estos adultos jóvenes se refieren a sus mascotas en términos de ‘sus hijos’, así pues, les invierten una gran cantidad de tiempo y recursos. Los viven plenamente, padecen con ellos y una vez que ya no se encuentran juntos, se vuelven inolvidables, pues han marcado sus vidas.

En consecuencia, todo artículo o experiencia que haga más vívido el goce con la mascota, ha de ser visto con buenos ojos por parte de estos treintañeros, al grado de convertirse en extensiones de sus propias necesidades, tal como ocurre –por ejemplo– con la ropa, los accesorios, los suplementos alimenticios y por supuesto, con los juguetes ‘de los niños’.

5. Auto o vehículo deportivo, de fin de semana.

A un adulto de clase media no siempre le conviene comprar el auto de sus sueños, ya sea por el costo del coche, por el mantenimiento, porque no hay dónde dejarlo, por la inseguridad, por los gastos corrientes o por otros tantos factores (nunca faltan); pero sí podría rentarlo por un fin de semana o en una ocasión especial, como el día de su cumpleaños, Navidad o Año Nuevo, y disfrutarlo a tope: ¡hasta cansarse! Lo que no sólo resulta relativamente ‘más económico’, sino más divertido.

Piénsenlo por un momento, disfrutar del Jaguar, Porsche, Ferrari, Mercedes, Maserati, Alfa Romeo o Aston Martín de su preferencia, y al final del día, no tener que preocuparse por el coche; además de que viene con todos los seguros, en caso de cualquier contingencia (que esperemos que no). Y esta misma situación puede aplicar a su motocicleta favorita, o siendo más exquisitos, a un ala delta, un helicóptero, una avioneta, en fin… Quizá esta sea la ilusión de muchos treintañeros, no sólo hombres.

6. Juguetes que nos hagan retroceder en el tiempo.

A la hora de jugar, los juguetes clásicos siguen siendo los favoritos de los treintañeros, mientras menos digitalizados, mejor, y eso es porque nos hacen sentir como cuando éramos niños. Coches, muñecas, balones, patines, bicicletas, disfraces, ‘cositas’… los juguetes de antaño. Probablemente esos que no tuvimos, pero ahora podemos tener. ¿O a cuántos no conocemos que coleccionan Playmobil, Barbies o artículos de súper héroes y princesas; incluso nosotros mismos?

Y es que la nostalgia es un detonante emocional muy poderoso en un treintañero, tanto que más de uno ha tenido el sueño de jugar consigo mismo cuando era niño, ¿o no?

Y en cuanto a juegos clásicos de mesa, tipo Twister, Jenga, Turista, Maratón o Casino, no sólo es que provoquen nostalgia, sino que motivan la convivencia y el contacto físico, al grado de hacer conocidos a los extraños y formar ‘palomillas’, figura tan importante para nosotros los adultos jóvenes, que somos una generación de mucho trato.

7. Regalos excéntricos.

Los treintañeros no podemos negar que así como somos personas de costumbres, también somos personas de manías, y que muchas de estas llegan a rayar en excentricidades. La sorpresa y lo insólito nos encanta, de tal modo que algo fuera de lo común se convierte en un anzuelo que bien podríamos morder. He ahí la preocupación de que no se trate de cualquier regalo, sino ‘del regalo’, haciendo énfasis en su cualidad de único.

Cosas que nadie más tenga: pisapapeles con forma de estatuilla de Oscar, protectores de laptops con diseño de periódico, pasteles con fotografías propias que sean comestibles, visitas a lugares secretos, el hecho de rentar una sala de cine para una proyección privada, o ponerle tu nombre (o el de alguien más) a una estrella; en fin, la lista se vuelve interminable.

8. Juguetes eróticos.

De un tiempo a la fecha, el interés y el gusto por los juguetes eróticos ha aumentado en los adultos jóvenes, así como su adquisición. Con el refuerzo de una cultura sexual responsable, se han desmitificado ciertos patrones que atormentaban a los treintañeros, por ejemplo, aquellos relacionados con la estabilidad y la duración del matrimonio, con la estigmatización del divorcio (sobre todo en las mujeres) o con la soltería como estilo de vida; lo que ha hecho del ejercicio de la sexualidad algo más placentero y mucho más maduro.

Pero no es necesario irse a los extremos, muchos treintañeros, en pareja o no, estarían fascinados por recibir –digamos– una caja completa de condones, ropa interior comestible, uniformes, disfraces, máscaras o bien, artículos para relajación y masaje, entre otros.

De hecho, he de confesar que cuando publiqué el primer ranking bajo el título de ‘Juguetes para treintañeros’ (2011), mucha gente pensó que se trataría de juguetes eróticos; pero ya ven que no fue así.

En definitiva, no por habernos hecho adultos y tener más responsabilidades, los treintañeros hemos dejado de jugar, al contrario, sobrellevamos el ritmo actual de la vida gracias a este toque lúdico que nos caracteriza. ¡Felices juegos!

[1] Carlo, J. (2011). Treintañeros en crisis. En: Razón y Palabra [Revista electrónica]. Disponible en:
http://goo.gl/pN8E4

[2] Carlo, J. (2011). Juguetes para treintañeros. En: Razón y Palabra [Revista electrónica]. Disponible en:
http://goo.gl/NBzhx

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JAVIER CARLO. Maestro en Administración de Tecnologías de Información por parte del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), México, y Maestro en Comunicación por parte de la Universidad Internacional de Andalucía (UIA), España. Licenciado en Ciencias de la Comunicación egresado del ITESM; cuenta con estudios sobre publicidad, desarrollo de proyectos, psicología social y antropología de las organizaciones.

Estratega en comunicación y catedrático. Su experiencia profesional abarca el desarrollo de proyectos de comunicación –contenidos y producción– y el marketing para medios; así como el diseño de programas educativos a nivel superior y la docencia.

Actualmente es colaborador del Tecnológico de Monterrey, colaborador de la ‘Revista PYME’ y gestor de proyectos de comunicación.

Contacto:
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